De Corón a El Nido

Después de un par de noches durmiendo en las cabañas de Sanctuaria treehouses nuestro cuerpo nos pedía un poco de civilización. El lugar no está mal, pero por el precio que pagamos nos pareció que no estaba a la altura, a pesar del trato amable y cercano del dueño. En general, nada muy destacable a parte de ver al perro del lugar comiéndose un bol de arroz, así, a palo seco y sin salsica ni na… Bueno, eso, y el choque cultural evidente entre el dueño norteamericano y sus trabajadores filipinos. Un representante del máximo exponente del capitalismo contemporáneo contra unos jóvenes cuyos padres no conocieron el trabajo como forma de vida, sino que cada mañana se levantaban e improvisaban lo que harían ese día y como conseguirían su comida. Solo entendiendo este precedente comprenderemos que la cocinera no aparezca en su puesto sin previo aviso solo porque ese día le toca hacer su colada.

Reflexiones a parte, como iba diciendo, necesitábamos volver a la civilización, y el fast boat desde Corón nos llevó en poco más de tres horas al pequeño pero turístico pueblo de el Nido.

La llegada al puerto ya te hace soltar unos cuantos «¡Buah!!», otros «¡qué pasada!», y otras tantas expresiones del mismo rollo, llegando a conjugar ricas composiciones como «lo flipas, nen, que no?, ya te digo tio, que pasote, como lo vamos a flipar». Eso sí, luego vamos diciendo que el inglés es un idioma difícil.

Nada más llegar y con la maleta a cuestas recorrimos la calle principal y comprobamos que pese a ser un pueblo muy pequeño, el aspecto de las calles, tiendas y restaurantes era mucho mejor que el del pueblo de Corón. Pese a que en el proceso haya perdido algo su esencia, y que se esté creciendo sin respetar ciertas zonas de valor natural, se agradecen sitios bonitos donde tomarse una birra o incluso pedir un helado o una crêpe.

Gracias a una recomendación, cogemos un trike que nos lleva directamente a unas cabañitas a primísima linea de playa por lo que serían 12€/noche al cambio. Una ganga. Nada más instalarnos, pude captar este atardecer desde el porche de nuestra cabaña. Más tarde y desde el mismo alojamiento, reservamos un tour para el día siguiente por un precio inferior al que esperábamos. Esto de venir fuera de temporada, aparte de alguna lluvia, van a ser todo ventajas…