Al ser Dauin un destino improvisado, solo reservamos dos noches de alojamiento, aunque f\u00e1cilmente podr\u00edamos haberlas convertido en muchas m\u00e1s. Bongo Bongo divers cubrir\u00edan nuestras necesidades tanto de alojamiento como subacu\u00e1ticas.<\/p>\n

Dauin es una zona muy tranquila alejada de la bulliciosa ciudad de Dumaguete. Con una distribuci\u00f3n parecida a lo que en Europa llamamos barrios residenciales, ello no impide que hayan cabras atadas fuera de las parcelas o que las gallinas campen a sus anchas en los caminos sin asfaltar.<\/p>\n

Las casa sin embargo, se muestran m\u00e1s bonitas y mejor acabadas que en otras zonas, y en general se respira m\u00e1s tranquilidad gracias seguramente a las pocas motos que circulan.<\/p>\n

Todav\u00eda nos re\u00edmos al recordar el correo de reserva que Sonia envi\u00f3 a Bongo Bongo Divers con el saludo: \u2014 Hi Bongo! \u2014. Evidentemente, no hab\u00eda nadie que se llamara Bongo, y debieron re\u00edrse un rato a nuestra costa.<\/p>\n

No somos de recomendar alojamientos, pero este caso bien merece una excepci\u00f3n. En ning\u00fan otro sitio nos han acogido con tanta cercan\u00eda y atenci\u00f3n como aqu\u00ed. En nuestra llegada ya de noche nos ense\u00f1aron las zonas comunes: una cocina al aire libre muy bien organizada donde todos los hu\u00e9spedes pod\u00edan preparar y guardar su comida, varias mesas donde comer o jugar a juegos, una sala interior donde hab\u00eda un futbol\u00edn y varios sillones donde sentarse a disfrutar de una cerveza, y los lavabos y duchas, todo comunicado con caminitos rodeados de plantas y \u00e1rboles. A nuestra acojedora caba\u00f1a en lo alto se acced\u00eda por una escalera de madera.<\/p>\n

Todo en Bongo Bongo respiraba un aire hippie tropical, que te hac\u00eda sentir m\u00e1s que como un cliente, como un habitante m\u00e1s de una peque\u00f1a comunidad. Incluso pod\u00edas coger libremente cervezas o refrescos de la nevera y apuntarlos tu mismo en tu hoja de gastos.<\/p>\n

Hicimos 3 inmersiones, todas en Apo Island. Accedimos al barco que nos llevar\u00eda a la isla desde una bonita playa de arena negra. El barco alquilado a la empresa Sea Explorers era sin duda el mejor barco de buceo que hemos visto en nuestra vida. Grande, espacioso, con salas cubiertas para relajarte tomando un te o comerte unos pl\u00e1tanos, y un lavabo en condiciones.<\/p>\n

Compartimos viaje con un grupo de Filipinos que ven\u00edan de Davao, que estuvieron fumando en vaporizadores, bailando y riendo durante todo el d\u00eda.<\/p>\n

Las inmersiones en Apo Island fueron sencillas y para relajarse en un fondo de arena blanca con formaciones rocosas volc\u00e1nicas y corales. Pudimos ver un gran mero, el m\u00e1s grande que hemos visto nunca, y dos pargos tambi\u00e9n muy muy grandes (red snappers), cobijados bajo una cuevecita. Hab\u00edamos le\u00eddo que Apo es un santuario de tortugas y lo cierto es que apareci\u00f3 alguna, pero no m\u00e1s que en el resto de zonas de Filipinas en las que hemos buceado hasta el momento.<\/p>\n

Respecto a las inmersiones en Dauin, nosotros no hicimos ninguna, pero es el mejor sitio de Filipinas para hacer \u201cmuck diving\u201d y observar especies raras y diferentes.<\/p>\n

Al d\u00eda siguiente, cogimos por primera vez un jeepney para ir al puerto de Dumaguete, donde tomamos el \u00fanico ferry diario que sale hacia Panglao a las 3 de la tarde.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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