No os voy a edulcorar la historia. Dahab nos lo ha puesto difícil, pero al final, y como a muchos otros viajeros antes que nosotros, nos ha conquistado. Estos días han sido una auténtica aventura en la que hemos podido combinar nuestro trabajo con nuestra mayor afición: el buceo. Además hemos conocido a la gente maravillosa de Makaraplanet, Koldo y Angela, que nos han ayudado un montón (un millón de gracias chicos). Hemos probado y experimentado sabores, olores, colores y paisajes, terrestres y submarinos, que quedarán en nuestro recuerdo para siempre. Y nos hemos reído un montón.
De todas estas experiencias vividas, hemos seleccionado nuestras 13 imprescindibles de Dahab, todas ellas reales y que hemos experimentado de primera mano. Esperamos que os gusten y diviertan como a nosotros.
1) Alquilar una casa en el centro del pueblo (Asala), al lado de una mezquita, rodeado de animales de granja y una cabra bizca.
Después de un par de días superaréis el impacto inicial de que vuestra casa sea un oasis en medio de una réplica de Sarajevo, o de Bagdad después de la operación zorro del desierto. Descubriréis el encanto de caminar entre las gentes del auténtico Dahab y sus casas en ruinas.
Cuando tanta autenticidad os abrume, podéis cambiaros a uno de los muchos hoteles/resorts a pie de playa por bastante menos de lo que os costaría en España. Ganaréis en comodidad y cercanía a restaurantes, tiendas, centros de buceo y playa, pero perderéis a la cabra bizca que es lo que le da substancia al viaje.
2) Dejarse barba y pelo largo hasta confundirse con un beduino
Solo cuando en las tiendas te hablen en árabe, te pregunten si eres Egipcio o Israelí, y un camarero te salude con efusividad porque hace un año que no te veía, habrás completado tu misión. Eso sí, cuidado al volver a casa y pasar por seguridad del aeropuerto. Seguramente la foto del tipo que llevas en el pasaporte no se parezca en nada a ti.
3) Caminar 5km a las 12 del mediodía
Nada como una buena ración de rayos ultravioleta para empezar el día. Y si es a las 12, mejor, que es cuando caen rectos como chuzos y no hay sombra ni bajo las palmeras.
No te dejes desanimar por las miradas de asombro de los locales, cubiertos con sus ropas y sus coches; ellos no conocen el placer que experimenta el español chancletero al ir a la playa con camiseta de tirantes. Ya conocéis el refrán: a no ser que viajes a Irlanda, has de volver como una gamba.
4) Visitar The Lagoon
Si al final de la caminata se encuentra The Lagoon, todo habrá merecido la pena. Ver esta estampa y no sentir unas ganas irrefrenables por aprender a hacer kitesurfing o windsurf es imposible. Azules y dorados, surcados por tablas y velas, se mezclan en un paisaje idílico de esos con los que te apetecería fusionarte.
5) Bucear en el Blue Hole
Después de haber buceado en varios Manta Point donde no hay mantas o Shark reefs donde no hay tiburones, cuando llegas aquí y ves un pedazo de agujero azul, piensas: ¡Coño! ¡Chapeau por el que le puso el nombre!
Sí señores, es un agujero de cojones, y sí, es azul. Pero nosotros nos quedamos con la increíble belleza del coral de los alrededores. Preciosa inmersión y muy curioso acabarla rodeado de apneistas que bajan más profundo que tu y sin botella de aire ni nada. Espectacular.
6) Inmersión de buceo en el Treshergorl… Tigerstorm… Tristenson… no te rías… ¡¿de qué te ríes?!
Nosotros es que somos muy de pecios, y si son de guerra pues más, lo reconozco, pero es que este es verdaderamente impresionante. Un auténtico museo submarino. ¿Cuántas motos hay dentro del barco? ¿Alguien las ha contado? ¿Y armas? ¿Y vehículos varios?
¿Como era el nombre del barco? ¡¡Thistlegorm!!, pero es igual, cuando aprendáis a pronunciarlo cogeréis el vuelo de vuelta.
7) Regatear con un médico local
¿Visitar un zoco árabe para experimentar el arte del regateo? ¡¡Eso es para aficionados!! Para ser un auténtico Jedi del mercadeo intenta convencer a un doctor local que no te cobre 200€ por mirarte la oreja con un otoscopio polvoriento y tomarte la tensión.
8) Adoptar a un perro durante 30 minutos y un gato una semana
O mejor dicho, dejar que ellos te adopten a ti. Por aquí estos animales parecen tener una relación muy saludable con el ser humano en la que disfrutan de libertad y de socializarse de manera amigable con ellos.
9) Perder el miedo a hablar en inglés
Este es el lugar ideal porque nadie sabe español, pero tranquilo/a, hablan inglés como tú o un poco peor, así que ¡fuera vergüenza!
10) Deshacerte de tus prejuicios con el aire acondicionado
Que sí, que sabemos que el aire reseca las vías, que luego el contraste de temperatura es muy fuerte, ¡y lo del consumo energético!… Repite conmigo: The aircon is your friend… the aircon is your frieeeend… ommmmm
11) Echar por el retrete 3 meses de gimnasio
Comida abundante, rica y barata, aderezada con nuestra frase favorita: “cuando vuelva a casa lo bajo”. Es lo único que necesitas para conseguir el cuerpo perfecto: el esférico.
¿Saber que los demás están de Ramadán da hambre? ¿Será como el regustito de estar en la cama un lunes mientras los demás curran? Solo aquí hallarás la respuesta.
12) Empujar uno o dos jeeps atascados en la arena al día
Quizás con el ejercicio puedas contrarrestar el punto anterior y encima ganarás un egipcio agradecido.
13) Bucear en Dahab y en el Parque Natural de Ras Mohamed
En todo el mundo hay puntos de buceo famosos, y otros poco conocidos. No es la primera vez, ni será la última, en que los segundos nos han impresionado incluso más que los primeros. Y en Dahab hay un montón de ellos, a un paso de la orilla, como para hacerlos cada día sin cansarse nunca y salir siempre con una sonrisa. Nuestros preferidos en Dahab: Islands, The Canyon, The Caves y Moray Garden.
Si además tienes tiempo, es recomendable hacer una excursión de un día para hacer 2 o 3 inmersiones en el Parque Natural de Ras Mohamed, en este caso desde barco.
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